En 1956, la joven actriz Marilyn Monroe (Michelle Williams) llega a Inglaterra para protagonizar con Sir Laurence Olivier (Kenneth Branagh) la película “El príncipe y la corista”. Colin Clark (Eddie Redmayne), un joven de 23 años con buenos contactos, consigue un trabajo como ayudante de producción y es testigo del choque de egos y la tensa relación entre Olivier y Marilyn durante el rodaje.
Mi Semana con Marilyn
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[Williams] flota a través de la película, capturando perfectamente la manera de Monroe de rítmicamente susurrando a través de una canción, mirando suavemente asustada cuando es incierto, y no pasear tanto como delicadamente rezumando a través del piso.
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Williams es un Monroe más tridimensional que la mismísima diosa del amor. La actuación es a la vez una imitación misterioso y una revelación conmovedora.
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Una idea dudosa hecha en el guión superficial de Adrian Hodges y dirección torpe de Simon Curtis.
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Eso es todo tradición familiar, pero, en su haber, el director Simon Curtis expone estas ambiciones separadas y tensiones conflictivas con un despacho alegre en los primeros cuadros.
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Yo creo el corazón de la película, y el toque más inteligente de todos, es Eddie Redmayne como Colin Clark, alguien que pocos de nosotros habrán oído hablar.
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Williams retrata lo que realmente era Marilyn Monroe.
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El éxito de esta película depende de la actriz protagonista, ya que Michelle Williams es increíble.
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La película nos engancha a través de la notable actuación de Williams.
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Combinado con música conmovedora y cinematografía luminosa, “Mi Semana con Marilyn” es una película maravillosa.
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Williams es simplemente excelente al representar a la talentosa pero problemática Monroe.
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Michelle Williams no convence por completo al interpretar a esta leyenda del cine.
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Es una película encantadora y entretenida…
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La película por sí sola no es un imperdible del cine.
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La película es, de hecho, una experiencia encantadora, pero más que una historia atractiva son los personajes interpretados por estos actores, lo que la vuelve suficiente.
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La cinta nunca es lo suficientemente valiente como para seguir el subtexto de su tema, donde es obvio que Marilyn es su peor enemigo.
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Es una gran interpretación de Williams y una historia bien contada…
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Mi semana con Marilyn es hermosa, pero tiene sus defectos.
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