Cuando una joven estadounidense es enviada a Roma para comenzar una vida de servicio a la Iglesia, descubre una oscuridad que la lleva a cuestionar su propia fe y devela una conspiración aterradora que espera provocar el nacimiento de la encarnación del mal.
La Primera Profecía
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Es fácilmente la mejor película de la franquicia desde la original y la primera gran película de terror de 2024 (…) desde los sustos y la atmósfera hasta una historia coherente y un desarrollo genuino del personaje, La Primera Profecía les brinda a los fanáticos del terror todo lo que Immaculate no pudo ofrecer.
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Ambientada en 1971, la atmosférica pieza de época encaja bastante bien en la configuración de la trilogía clásica (…) Free, que interpreta a la hermana Margaret, proporciona un punto de entrada fácilmente identificable al entorno apropiadamente gótico de la película. Como una joven Eva Green, su rostro puede leerse inocente en un momento y astuto al siguiente, lo que invita a la posibilidad de que haya mucho más en el personaje de lo que parece. A través de ella, la película adopta un enfoque justo frente a las transgresiones de esta secta católica.
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La película se deleita mezclando géneros familiares: la película de monstruos, el horror corporal y el thriller de iglesia gótica. Pero inyecta un jugo revitalizante a la franquicia: inteligentemente editado y con buen ritmo, con buen ojo cinematográfico. Y lo más importante, Free es un compañero de juego para la visión de Stevenson.
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La Primera Profecía logra servir como una precuela bien hecha, así como una película de terror inquietante y espeluznante por derecho propio. Se toma su tiempo para comenzar, y el final se inclina bastante hacia atrás para crear una configuración para posibles seguimientos, pero la peor parte de la película es muy fuerte, con la protagonista Nell Tiger Free y el director Arkasha Stevenson consolidándose como estrellas a tomar en cuenta.
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La película proporciona la respuesta a una pregunta que la mayoría de la gente probablemente no se hacía pero, como lo demostró el reciente The Exorcist: Believer, las franquicias de terror nunca se cansan de golpear a un caballo muerto (…) En última instancia, todo parece muy familiar, y no solo porque esta es la segunda película en otros tantos meses que gira en torno a las monjas y el nacimiento de un Anticristo. Eso no es culpa de su joven y talentosa protagonista, cuyo compromiso emocional y físico con su papel es muy impresionante.
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Stevenson hace algo femenino y agradablemente original a partir de la herencia de terror de la película, mientras la valiente pero aterrorizada Margaret investiga los archivos del orfanato (y su aterradora cripta) en un intento por salvar a Carlita. Al igual que Immaculate, aquí hay un fuerte mensaje sobre la autonomía corporal femenina posterior a Roe-vs-Wade, especialmente en el final sangriento y luchador. Una actuación fabulosamente intensa y sin restricciones de Free mantiene las cosas en movimiento con gran estilo.
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Lo más emocionante de “La Primera Profecía” es cómo Stevenson es un evidente estudioso del género de terror sobrenatural, jugando sin piedad con nuestra percepción y orquestando con facilidad una creciente sensación de paranoia. En eso, en lugar de inquietar a la audiencia con sustos sutiles y sugerentes y sobrecargar la historia con ángulos basados en el trauma (una trampa en la que lamentablemente caen muchas de las recientes salidas del género), nos ofrece una película de primer nivel en la vieja escuela: inteligentemente ágil, elegantemente filmada y tremendamente aterradora, con un impresionante diseño de producción y vestuario de época, así como toques de puesta en escena neorrealista tan inmersivos como pueden.
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Si bien La Primera Profecía no puede evitar por completo las limitaciones de la precuela, con ciertos elementos de la trama más fáciles de adivinar de antemano para los fanáticos del original, expande la historia y ofrece nuevas vías para el futuro de la franquicia. Gracias a la exquisita artesanía expuesta, el seductor horror gótico, un reparto impecable y un viaje emocional trepidante, La Primera Profecía se mantiene firme por sí sola. Arkasha Stevenson no sólo dirige una precuela digna del clásico de Richard Donner, sino que se establece como una nueva y audaz voz del terror.
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Llena de giros, vueltas y tradiciones de Omen (nuevas y antiguas), la película tiene tantos obstáculos que superar en su tiempo de ejecución que lo que se defrauda es establecer a Margaret (…) la falta de profundidad en la personalidad de la protagonista amortigua el impacto de su dolor. Margaret se siente más como una caricatura que como una persona, por lo que, si bien la metáfora funciona, el seguimiento emocional no.
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…mientras que “Immaculate” no fue ni poderosamente estilizada ni agradablemente sórdida, “La Primera Profecía” está realizada por un cineasta con seguridad visual, consideración y oído para el horror. Stevenson está haciendo su debut como directora, pero su seguridad estética tiene la confianza de un viejo profesional. Tiene una habilidad especial para la edición precisa, los efectos de sonido espeluznantes y quejosos y para esconder criaturas en la oscuridad. En una secuencia de pesadilla, se ve a un personaje flotando suavemente por un pasillo, y es una imagen tan indeleble como la que uno podría encontrar en el terror moderno. Hay una propulsividad demencial en “La Primera Profecía”, una locura que crece durante sus primeros 90 minutos. Stevenson no se limita a crear sobresaltos como lo haría un cineasta menor, sino que presta mucha atención a la combustión lenta. Todo avanza con una eficiencia repugnante.
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Puede que el señor oscuro haya resucitado, pero La Primera Profecía no aporta mucha luz sobre una revelación necesaria o fascinante (…) Por desgracia, el guión de Stevenson, Tim Smith y Keith Thomas lucha por fabricar drama a partir de una premisa de precuela que es a la vez innecesaria y derivada.
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Elaborada con más estilo y escrita con más pensamiento que la mayoría de las películas de terror de estudio en este mal momento actual, La Primera Profecía sale disparado para superar un listón ciertamente bajo con toda la confianza de un original. Al igual que el atrevido tráiler al revés que se utiliza para promocionarlo, es mucho más ingenioso y llamativo de lo que debería ser, gracias en gran parte a la directora de televisión Arkasha Stevenson, cuya bravuconería funciona increíblemente bien hasta que realmente deja de funcionar, cuando se ve obligada a seguir las reglas de la franquicia en lugar de las suyas propias.
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Stevenson ha configurado su historia como un horror corporal femenino digno de una disertación, sin darle mucha importancia: aunque hábiles, las escenas son pocas, espaciadas y terminan demasiado rápido. Es sorprendente cuánto cobra vida toda la película en los últimos minutos, sólo con unos pocos fragmentos de “Ave Satani” de Jerry Goldsmith que agitan la sangre. La memoria muscular se ejercita en estas catacumbas. Damien, finalmente, está en el edificio.
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Aunque se trata de un género muy trillado, y la franquicia Omen se acerca al medio siglo de existencia, el entorno italiano y un elenco excelente hacen que todo esto valga la pena para los fanáticos que buscan ver cómo empezó todo, incluso si el subgénero se está volviendo bastante predecible. n no es para los aprensivos, y llega a su obvio crescendo tal como se podría esperar, pero aun así está lo suficientemente bien elaborado como para ser una entrada intrigante a la serie…
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Stevenson y sus coguionistas Tim Smith y Keith Thomas han considerado más profundamente cómo su película se vincula con el trabajo de Donner, tanto estética como temáticamente. Está ricamente filmado por el director de fotografía Aaron Morton, por lo que es una rara extensión de franquicia moderna que parece que en realidad podría tener lugar en el mismo universo que el original: simplemente se cambia el Londres asfixiado por la niebla por cielos más soleados. Aquí no hay sustos baratos. Stevenson se inclina hacia el absoluto horror corporal o hacia el sombrío poder de la sugestión.
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Es una entrada cansada en una franquicia que ha estado cansada durante unos 40 años, pero Nell Tiger Free hace bien su extraño trabajo y Arkasha Stevenson demuestra que puede convertir la brutalidad en arte y, con una historia más interesante, probablemente en arte fascinante. “La Primera Profecía”, a pesar de todos sus muchos defectos, podría llegar a ser un preludio eficaz para las carreras de Free y Stevenson, pero es un preludio decepcionante para “The Omen”.
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A menudo desafiando su propio género para tomar prestado de películas de suspenso, La Primera Profecía es una precuela bien hecha. Contiene sobresaltos clásicos que todos amamos, con una historia intensamente emocional y aterradora que lo respalda. Con una increíble disección de la corrupción de la iglesia relacionada con actos malvados en el nombre de Dios, el primer largometraje de Stevenson utiliza audazmente a Margaret para facilitar un diálogo importante cuando se trata de religión y comprensión del propio propósito. Y gracias a una gran actuación central de Free, no me sorprendería que La Primera Profecía se convirtiera en uno de los favoritos de toda la franquicia.
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Los fanáticos de la franquicia The Omen no encontrarán que esto proporcione la emocionante energía que despierta la franquicia brindada a los amantes del terror en los últimos años por títulos como Halloween, Saw X, Hellraiser, Scream y otros, pero todavía hay aspectos positivos que sacar de esto. La forma en que la historia termina deja un mal sabor de boca (y la línea final dramáticamente preparada es ridículamente estúpida), pero hay mucho talento demostrado visualmente que inspira anticipación sobre lo que Arkasha Stevenson fija a continuación.
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A la película ciertamente no le falta atmósfera, aunque podría decirse que el ritmo lacónico de la narración también pertenece a otra época (…) En última instancia, sólo obtenemos indicios generales de la guerra que se libra entre el bien y el mal, lo que da como resultado una historia sólidamente elaborada, aunque a menudo vulgar. La Primera Profecía cumple lo que promete, pero no mucho más.
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El cineasta debutante Arkasha Stevenson crea niveles impresionantes de estilo y atmósfera, pero los tensos procedimientos nunca ahuyentan por completo la sospecha de que se ha puesto una enorme cantidad de esfuerzo para reavivar una franquicia que puede no valer la pena (…) Por muy castigadores que sean algunos de los terrores de La Primera Profecía, se olvidan rápidamente al servicio de responder preguntas sobre Damien (y dejar la puerta abierta para futuras secuelas) que socavan el apasionante giro de Free. Olvídate del diablo: la película acaba siendo seducida por su propio Príncipe de las Tinieblas; el insaciable deseo de Hollywood de una propiedad intelectual fértil.
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La Primera Profecía, muy por encima de una franquicia estándar, no es perfecta, pero está comprometida a aportar algo diferente a una serie muy querida. Es un debut audaz de un director que claramente siente amor y respeto por el terror, y probablemente sea tan subversivo como lo que se puede encontrar en un estudio de terror de este tipo. Amen a eso.
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Las precuelas suelen ser impredecibles. Los espectadores ya saben cómo se desarrolla el próximo capítulo y, por lo tanto, pueden ser predecibles y aburridos. Sin embargo, La Primera Profecía tiene una buena cantidad de giros y vueltas, ya que encaja perfectamente en la trama general de The Omen. La música, la cinematografía y la historia decente que amplía la historia de The Omen hacen que valga la pena verla para los fanáticos del terror.
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El debut cinematográfico de la directora Arkasha Stevenson es una experiencia hermosa y llena de terror. Una cinematografía magnífica, un tono escalofriante y una actuación principal extremadamente comprometida de Nell Tiger Free hacen de esta una película imprescindible para los fanáticos del terror.
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La directora Arkasha Stevenson probablemente saldrá de esto como uno de los nuevos nombres de terror de más rápido crecimiento. Ha hecho una película de Omen que claramente no es lo que los fanáticos temían: diluida y demasiado segura. En realidad, es bastante provocativa, con varias imágenes, incluida una espantosa escena de parto , que superan los límites de la clasificación R de una manera que no esperaba de una película financiada por Disney.
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Si bien ciertamente se encuentra dentro del mismo ámbito cinematográfico, La Primera Profecía honra al original sin explotarlo, estableciendo su propia atmósfera, historia y tipo de terror (…) Podría decirse que la sutileza y la realidad son la clave del éxito del terror, y se utilizan a la perfección en La Primera Profecía. Esta no es una experiencia común y corriente de jumpscares (aunque hay algunos de esos); en cambio, es una combustión lenta y tensa que genera momentos realmente horribles, y cuando golpea, va directo a la yugular.
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Elevado por la cinematografía asombrosamente precisa de Aaron Morton y una partitura adecuadamente siniestra, cortesía de Mark Korven, La Primera Profecía hace exactamente lo que se espera en términos de sustos, y me atrevo a decir, logra ser más espeluznante y más coherente que sus predecesores más recientes.
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Como todas las buenas historias del universo Omen, lo que hace que La Primera Profecía sea especial es esa pizca de energía desquiciada que transporta a la audiencia a través de cada momento. ¿Necesitaba necesariamente una historia del origen de cómo surgió Damien? No. Es bastante claro que él es el anticristo. Pero fue agradable existir en este universo con una mujer en el centro y a través de la lente de una directora.
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La Primera Profecía rinde homenaje a sus predecesores y al mismo tiempo marca el camino para el futuro. Justifica con creces las razones de su existencia al tiempo que incorpora nuevos horrores para hacer que el público se retuerza. Para cuando lleguen los créditos, La Primera Profecía te hará pensar en la hipocresía de los poderes fácticos , la autonomía corporal y algo más con esta apropiada precuela.
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La Primera Profecía tiene una dirección fantástica de Arkasha Stevenson, así como una actuación destacada de Nell Tiger Free. ¡Por favor, denles a ambas más películas de terror INMEDIATAMENTE! La película es una compañera espantosa e inquietante de la original de Richard Donner.
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La Primera Profecía, de Arkasha Stevenson, ofrece una mirada profundamente aterradora a la religión sin intentar elaborar una narrativa de superhéroe católica. En cambio, La Primera Profecía es una historia inquietante y necesaria sobre el abuso en la Iglesia, la autonomía corporal y los escupitajos en la cara de Dios.
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