Cinco amigos viajan a una cabaña en el bosque, en donde sin saberlo liberan demonios que poseen a los humanos.
El Despertar del Diablo
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Decir que las películas de El Despertar del Diablo son para todos es decir poco. Se requiere un estómago fuerte.
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Poco desarrollo de personaje e historia pero fuerte en la atmósfera de terror llega de imágenes geniales.
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Sam Raimi dirige esta película de terror en 1983 recién graduado de la escuela, y su búsqueda por hacer las cosas funciona en muchos niveles.
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Inyectando humor negro, el director primerizo Sam Raimi mantiene el suspenso y la atmósfera de pesadilla con efectos especiales sangrientos y violencia gráfica, básicos en las películas de terror modernas.
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Con una buena dosis de humor negro, una trama entretenida y personajes memorables, esta es una de las mejores películas de bajo presupuesto que he visto.
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El despertar del Diablo se convierte en un festín gore que realmente tiñe la pantalla de sangre, pues en el paroxismo total, Raimi no hace concesiones y vira la fotografía a rojo justo en el momento en que Ash y Scott desmembran a una de las chicas ya poseídas.
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Evil Dead termina siendo inintencionalmente cómica. Dos toneladas de sangre y malos efectos especiales no ayudan a que uno se orine en los pantalones de miedo, sino de risa.
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Es un gran espectáculo de participación del público. Es lo suficientemente intrigante como para atrapar a la audiencia y luego, en la forma en que usa sus clichés, lo suficientemente absurda como para invitar a la audiencia a responderle.
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The Evil Dead es genuinamente espeluznante, debido en gran parte al imaginativo trabajo de cámara ideado por Raimi y el director de fotografía Tim Philo.
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El director modela implacablemente la primera mitad de la película como una cámara de sudor espeluznante con el mal aparentemente tomando la forma de una cámara itinerante omnisciente.
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Sí, a veces puedes ver las costuras en las prótesis, y ocasionalmente la pintura de la cara es obvia, pero esos diseños demoníacos son genuinamente horribles en el sentido correcto, y con actores completamente comprometidos…
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Aún con un equipo que incluía a Joel Coen como asistente de edición, The Evil Dead está por encima de sus pares en su mayoría olvidados en el auge del terror de los años 80.
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El atractivo de The Evil Dead es su arrogancia de película B, sus efectos artesanales de stop-motion y sus encantadoras imperfecciones. No necesita naturalismo; tiene alma…
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No digo que ni Raimi ni su película sean muy buenas, pero no cabe duda de que el chico tiene recursos y que su película es original.
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Corta en caracterización y trama, pero fuerte en terror atmosférico y cambios visuales, esta película combina fantasía cómica con gemas de género recientes como Carrie y Texas Chain Saw Massacre con un efecto impresionante.
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Sam Raimi, mantiene el suspenso y un estado de ánimo de pesadilla entre los llamativos estallidos de gore de efectos especiales y violencia gráfica que son elementos básicos de las películas de terror modernas. El poderoso trabajo de cámara sugiere la presencia al acecho de los demonios a gran escala en el bosque.
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…lo que le falta en peso narrativo, lo compensa con un ritmo implacable, una atmósfera inquietante, así como algunas exhibiciones imaginativas de desmembramiento.
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Hay una extraña energía cómica en el juego físico frenético: actores histéricos que entran y salen corriendo de las habitaciones, zombis que surgen de las tablas del piso y de los gabinetes de pared como cajas sorpresa…
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Un elemento que sobresale de entre muchas óperas primas de horror es el uso de la cámara, donde tenemos largos dollys que recorren el bosque entre ramas, hojas y movimientos bruscos que logran una atmósfera única.
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